Vancouver, Canadá – Defensores de los derechos humanos de América Latina están presentes en Vancouver para dar evidenciar los impactos devastadores que la minería canadiense tiene sobre sus vidas, sus hogares y sus territorios.
“A nivel global, la industria minera tiene que cambiar como se relaciona con los pueblos indígenas en sus territorios. La industria minera tiene que aceptar el espíritu e el intento de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas,” dice Jefe Indígena Marilyn Baptiste, Secretaria y Tesorera de la Unión de los Jefes Indígenas de la provincia de Columbia Británica. “Las mal-reguladas operaciones mineras canadienses, como las de Goldcorp y de First Majestic Silver, atentan contra la salud, la seguridad y los derechos de las comunidades indígenas.”
Goldcorp en Honduras: “La empresa tiene que tomar responsabilidad para los daños que sus operaciones han ocasionado a la salud de nuestras comunidades y a la calidad de nuestra agua potable,” dice Carlos Amador, Secretario del Comité Ambiental del Valle de Siria de Honduras.
La mina San Martín de Goldcorp operaba en el Valle de Siria por solo diez años y ahora está en proceso de cierre. Investigadores reconocidos a nivel internacional de la Universidad de Newcastle (UK) encontraron evidencia contundente del drenaje ácido, y se ha encontrado resultados mostrando que agua altamente ácida y con altas concentraciones de metales pesados está entrando en una quebrada local. En 2010, autoridades hondureñas demandaron al subsidiario hondureño de Goldcorp por la contaminación con metales pesados en el valle de Siria, de donde las comunidades han denunciado los impactos sobre su salud, además por la muerte de animales. El proceso legal sigue abierto en las cortes hondureñas.
“La empresa debería reconocer que los impactos que estamos viviendo son resultado de sus operaciones y tomar las acciones necesarias basadas en las recomendaciones de la Universidad de Newcastle y las demandas de nuestras comunidades,” concluye Amador.
Goldcorp en Guatemala: En la sierra del noroeste de Guatemala, los impactos que ha ocasionado la mina Marlin van más allá que la contaminación del agua y los problemas de la salud. Abogado de la Fundación Rigoberta Menchú Tum, Benito Morales, dice que los impactos sociales y sobre los derechos humanos de los pueblos indígenas también han sido devastadores.
“La presencia de la mina Marlin está destruyendo el tejido social en las comunidades de San Miguel Ixtahuacán,” dice Benito Morales. “Ahora, familias y vecinos están peleándose entre ellos y existe un ambiente en donde las personas no se puede ejercer sus derechos con seguridad por temor de las represalias y por falta de acceso efectivo al sistema de justicia.”
“El sistema de justicia está completamente cooptado por los intereses del elite nacional y de las empresas multinacionales como Goldcorp,” agrega Morales. “Por lo tanto, el respeto por los derechos indígenas no se garantizan dentro del sistema actual.”
Como ejemplo, el 20 de mayo de 2010 la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos emitió medidas precautelares al estado de Guatemala para la suspensión temporal de la mina Marlin, debido a la gravedad de las alegaciones de violaciones de los derechos humanos en asociación con las operaciones de la empresa. Sin embargo, no se ha cumplido el orden y la mina sigue en operación y en vía de expansión. Ahora accionistas de Goldcorp están pidiendo que la empresa voluntariamente cumpla con las medidas que la CIDH ha emitido.
“La mina Marlin de Goldcorp es un atento en contra las tierras y los territorios de los pueblos indígenas, lo cual es la base de su identidad y su cultura. O sea, los inversionistas están contribuyendo a un proceso de etnocidio,” concluye Morales.
First Majestic en México: Tomando en cuenta las experiencias en otras partes de la región, el pueblo Wixárika de México exige que la empresa First Majestic Silver no desarrolle una mina sobre sus tierras sagradas. Los llanos semi-desérticos de Wirikuta, que abarcan la Sierra de Catorce, representa el altar más sagrado del pueblo Wixárika. Para el pueblo Wixárika, sus antepasados y sus dioses residen en las manantiales sagradas, las colinas, y los valles de esta zona. Ellos han hecho peregrinaciones por las rutas antiguas en esta región por más de 2,000 años; aquí ellos rezan para el equilibrio de toda la vida en el planeta, y para que las velas de la vida sigan encendidas.
“Wirikuta es donde recogemos nuestros pensamientos para llevarlos a las comunidades Wixárika,” explica Jesús Lara Chivarra de San Sebastián Teponahuaxtlán, Jalisco, México. “Allí encontramos las ideas principales que sostienen nuestra cultura. También hemos hecho oraciones para toda la humanidad para que podamos evitar una catástrofe. Hemos estado vigilando los sitios sagrados y manteniendo las ceremonias esenciales para que la harmonía y el equilibrio ecológico continúen, y para que la energía se mueva en una manera abundante. Para mi pueblo, quitar o hacer daño a este lugar es extinguir al pueblo Wixárika.”
Durante la mañana del martes del 17 de mayo de 2011, los delegados de Honduras, Guatemala y México participarán en una conferencia de prensa en las oficinas de la Unión de los Jefes Indígenas de la provincia de Columbia Británica en la avenida Water 500-342, Vancouver. Se evidenciarán los impactos que la minería canadiense han ocasionado sobre sus vidas y sus tierras en relación con el medioambiente, la salud, los derechos humanos y la cultura.
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Para más información, visitar al sitio web de la Alianza por la Minería Justa: http://miningjusticealliance.wordpress.com.
Contactos:
Amanda Kistler, Center for International Environmental Law – 604-220-4009
Jason Tockman, Mining Justice Alliance – 604-727-9081