TORONTO - Los accionistas de la empresa minera de oro más grande de Canadá fueron recibidos hoy con fuertes mensajes de las comunidades afectadas por sus operaciones globales. Una valla publicitaria móvil parqueada frente al lugar donde se celebraba la reunión anual de accionistas de Barrick Gold en el centro de Toronto estuvo proyectando mensajes de comunidades desde Alaska hasta Papúa Nueva Guinea, en los que se denunciaba que la empresa no respeta los derechos de los pueblos indígenas, contamina sus aguas y perjudica sus modos de vida.
Decenas de manifestantes recibieron a los accionistas en el interior del edificio con pancartas que destacaban las demandas de las comunidades y denuncias como "reubicación para Porgera y Pueblo Viejo" y "Barrick destruye, Barrick miente".
"Hoy nos hemos asegurado absolutamente de que el director ejecutivo de Barrick, Mark Bristow, y todos los accionistas que asistieron a la junta se enfrentaran a la realidad de que comunidades alrededor del mundo cercanas a las minas de Barrick están denunciando a la empresa por negarse a responder a sus preocupaciones, por no actuar con transparencia, por no prevenir daños o proporcionar soluciones", afirma Rachel Small, organizadora de la Red de Solidaridad con la Injusticia Minera. "Si los accionistas se perdieron la valla publicitaria en la calle y la protesta que hubo dentro del edificio, no pudieron ignorar que todas y cada una de las preguntas planteadas hoy en la Asamblea Anual de Barrick llamaron la atención sobre los daños significativos en las minas de Barrick y pusieron en tela de juicio la licencia social de la empresa", continuó Small.
Todas las preguntas planteadas durante los 50 minutos que duró la reunión de accionistas se centraron en las denuncias de daños relacionados con las operaciones globales de Barrick: el impacto de las operaciones mineras en la cuenca del río Kuskokwim y en las poblaciones de salmón cercanas a la mina Donlin Gold de Barrick, en territorio Yup'ik y Cup'ik de Alaska, las reclamaciones de derechos humanos no atendidas en la mina de Porgera, en Papúa Nueva Guinea, y la violencia y represión significativas contra las comunidades locales por parte de la policía que proporciona seguridad a la mina North Mara de Barrick, en Tanzania, objeto de una demanda actual contra la empresa en los tribunales de Ontario.
Lateef Johar, defensor de derechos humanos de Baluchistán, Pakistán, asistió a la junta de accionistas para interrogar al director ejecutivo, Mark Bristow, sobre los acuerdos alcanzados el pasado diciembre con el gobierno central de Pakistán para extraer oro y cobre de la explotación minera de Reko Diq sin el consentimiento de las comunidades circundantes. "Me sorprendió que, en lugar de abordar las cuestiones que planteé sobre la violencia, la corrupción y la falta de transparencia en la región, el director ejecutivo Mark Bristow optó por cuestionar mi autenticidad y mi condición de inmigrante en un intento racista de desacreditarme ante los accionistas", declaró Johar. "Me quedé estupefacto cuando insinuó que sabía más de lo que ocurría en Baluchistán, en mi propia tierra, que yo". Tras su pregunta, Johar fue escoltado por miembros de seguridad afuera de la reunión.
El vídeo proyectado en el exterior de la reunión anual de accionistas se produjo en el marco de una Semana de Acción Mundial realizada en los días previos a la junta, que reunió a voces de Argentina, República Dominicana, Papúa Nueva Guinea, Alaska y Nevada (Estados Unidos), Pakistán y Filipinas organizando acciones públicas para manifestarse y exigir justicia.
Contactos para los medios de comunicación:
- Rachel Small, Red de Solidaridad con la Injusticia Minera (MISN), [email protected]
- Lateef Johar Baloch, defensor de los derechos humanos afiliado al Consejo de Derechos Humanos de Baluchistán (HRCB), 647-550-1534
- Val Croft, MiningWatch Canada, [email protected], 416-707-5986