La mina Carmen de Andacollo, propiedad de Teck Resources, en el norte de Chile, ha sido objeto de escrutinio por la forma en que está reaccionando a la crisis del COVID-19, ya que el número de casos en ese país sigue aumentando.
El alcalde de la municipalidad de Andacollo, Juan Carlos Alfaro, habló con la prensa chilena en la mañana de ayer (miércoles) para expresar su preocupación por la falta de acción gubernamental en relación con COVID-19 y la vulnerabilidad que enfrentan las comunidades en Carmen de Andacollo debido a la contaminación generalizada, algunas directamente relacionadas con las operaciones de Teck, que han afectado los sistemas respiratorios de la población, quienes, señala, «tienen menos probabilidades de combatir el virus con éxito».
«La situación que Teck nos está produciendo es preocupante. Con la explosión, el polvo desciende sobre la ciudad y complicará las cosas si desarrollamos problemas con la propagación del virus. Esperamos que la compañía reconozca estos riesgos y trabaje con la comunidad de Andacollo», dijo Alfaro.
Los funcionarios gubernamentales han determinado que Andacollo es una región «saturada de contaminación» que sufre algunos de los niveles más altos de contaminación atmosférica de la región andina, con graves repercusiones para la salud de la población local.
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud ha clasificado a Andacollo entre las 20 ciudades más contaminadas de América Latina por sus altas concentraciones de partículas en el ambiente, que según la OMS, pueden producir un mayor riesgo de ataques cardíacos, enfermedades respiratorias y cáncer. A las comunidades les preocupa que estas condiciones de salud preexistentes, relacionadas con las actividades mineras en curso, las hagan más vulnerables a contraer y transmitir el virus.
Las comunidades vecinas han estado pidiendo durante años a Teck que se tome en serio la recuperación del medio ambiente, que limpie las pilas de residuos que ensucian su paisaje, y que ayude con respecto a la contaminación atmosférica. Con el empeoramiento de la sequía, las nubes de polvo descienden diariamente sobre las casas de las personas, y son absorbidas por sus cuerpos.
Otros alcaldes de la región de Coquimbo, al observar el incremento de la tasa de infección, han pedido que se establezcan medidas de cuarentena total para proteger a las comunidades y a los trabajadores. Al respecto, el alcalde Andacollo señaló: «La mayoría de los alcaldes han pedido que se paralice todo el país. Desafortunadamente no tenemos la autoridad para detener estas compañías; esto es estrictamente competencia del Presidente de la República. Pero creemos que debemos seguir el ejemplo de nuestros países vecinos».
Justamente, Argentina impuso recientemente una cuarentena nacional que obligó a las empresas mineras a reducir su mano de obra a actividades mínimas de cuidado y mantenimiento, cuando el sindicato nacional de mineros amenazó con hacer huelgas imprevistas.
Teck, sin embargo, ha tardado en reaccionar. A finales de la semana pasada, la empresa fue criticada tanto por los trabajadores como por las comunidades, por mostrarse reacia en torno a sus operaciones en Elk Valley, Columbia Británica. La reacción de esta semana desde Chile pone en duda la seriedad de sus medidas de respuesta al COVID-19.
En ese sentido, el alcalde Alfaro instó a la empresa a cumplirlas: «Si ellos [Teck] realmente quieren ser un buen vecino, tienen que tomar medidas preventivas, tienen que actuar de acuerdo con lo que la gente quiere.»
Traducción: OLCA