Desde hace casi veinte años, las comunidades afectadas por la amenaza del extractivismo minero en la región de la Patagonia, en el sur de Argentina, mantienen un compromiso permanente el día cuatro de cada mes: marchan en defensa de la vida y reiteran su compromiso de mantener los resultados de su histórico plebiscito de 2003 donde dijeron "NO" a la minería industrial.
En los años transcurridos desde el plebiscito, las comunidades y los pueblos originarios Mapuches Tehuelches organizados en todo Chubut han desempeñado un papel fundamental en el movimiento ambientalista de la región. En 2003, lograron la aprobación de una ley provincial que prohíbe la minería a cielo abierto y el uso de cianuro en toda la provincia de Chubut. Con el agravamiento de la crisis climática, las marchas mensuales del masivo movimiento se han convertido en un referente en toda Argentina para proteger los territorios para evitar que se conviertan en "zonas de sacrificio" en la carrera por la extracción de metales de la transición energética.
Sin embargo, la prohibición minera no ha impedido el asalto del territorio por las empresas mineras. La empresa minera canadiense Pan American Silver adquirió el yacimiento de plata de Navidad en 2010 a sabiendas de que la legislación vigente tendría que ser revocada para que el proyecto fuera viable. Al mismo tiempo que PAS se promociona como líder de la industria en materia de gestión medioambiental, ha sido acusada de presionar a los legisladores provinciales para que eliminen la legislación medioambiental para así dar luz verde a su enorme proyecto de plata. No obstante, las comunidades afectadas se mantienen firmes y organizadas en su oposición.
En este marco es así que los representantes de los Mapuches Tehuelches y de la Unión de Asambleas de Chubut se encuentran esta semana en Guatemala, intercambiando experiencias con las comunidades afectadas por la controvertida mina Escobal de PAS en la primera "Cumbre Regional de Pueblos Afectados por la Pan American Silver". Se han lanzado dos peticiones en solidaridad, pidiendo a Pan American Silver que respete los derechos indígenas a la autodeterminación de los Mapuches Tehuelches en Argentina y de los Xinkas en Guatemala siendo amenazado por el poder de la industria minera en sus respectivas países.
La retórica frente a la realidad
Fundada en 1994 por Ross Beaty, un ambientalista conocido de Columbia Británica, Pan American Silver se ha adelantado en gran medida a las tendencias del sector al adoptar un lenguaje ambientalista para hacer aparentar que sus operaciones son responsables y sostenibles. La empresa minera es una importante promotora de las políticas voluntarias "Hacia una minería sostenible" de la Asociación Minera de Canadá y adoptada por la Cámara Argentina de Empresarios Mineros. Es a la vez una de las pocas empresas mineras que ha presentado un informe adoptando a las normas voluntarias para las empresas responsables, “Compact” de las Naciones Unidas donde describen las formas en que están reduciendo sus emisiones de carbono y reconociendo el cambio climático en su planificación e inversión.
Michael Steinmann, el gerente principal de Pan American Silver fue presidente del World Silver Institute, una institución conformada por la industria que ahora está muy enfocada en la promoción de la plata como metal clave para la transición energética. En 2018 PAS organizó una conferencia en Buenos Aires (Argentina) donde se habló sobre el papel de la plata en la lucha contra la crisis climática. En su Informe de Sostenibilidad 2020, Pan American Silver destaca que "trabajará con el World Silver Institute para mejorar el conocimiento general sobre el papel de la plata que juega la plata en la transición hacia una economía post-carbon", y a menudo repite la lógica del Instituto para proyectar mayor demanda para el metal:
“La plata se puede beneficiar de la narrativa de "lo mejor de ambos mundos". En primer lugar la plata se beneficiará tanto por su importancia como metal precioso, en un contexto de bajos tasas de interés y una preocupación generalizada por la inflación. En segundo lugar, tiene beneficios como un metal industrial, dada el énfasis de parte de muchos gobiernos de obtener una recuperación económica gracias a la pandemia y un creciente interés en las aplicaciones de energía verde que requieren plata". (World Silver Survey 2021, p. 8)
Pero, mientras la empresa establece a la plata como un metal de transición clave, la necesidad real de seguir construyendo nuevas minas para satisfacer a una creciente demanda es otra historia. El World Silver Survey indica que, desde 2016, la producción del mercado mundial de la plata ha superado a la demanda cada año con un promedio de 48 millones de onzas al año: es decir, cada año el mundo produce 48 millones de onzas de plata que no necesita. A pesar del discurso bonito de la industria en torno al cambio climático, la mayor parte no se destina a las tecnologías para la transición energética. En 2021, el 42% del total de la plata terminó en artículos de lujo (joyas) y lingotes (inversión bancaria). Sólo el 10% se utilizó para la tecnología fotovoltaica -lo que se utiliza en los paneles solares-, mientras que otro 30% se destinó a procesos industriales. Sólo el 18% del suministro total de plata procede del reciclaje, una cuota que, según la propia industria, podría crecer.
Teniendo en cuenta estos escenarios, es muy posible imaginar un futuro sin ninguna nueva mina de plata. En cambio, la industria minera ya pasó de negar el cambio climático a verlo como una oportunidad empresarial donde sacrifican la salud de las comunidades y el medio ambiente en nombre de la salvación planetaria. Y como demuestra un mapa reciente de los conflictos asociados con la minería de los metales de la transición energética, las comunidades viven en carne propia las consecuencias de esta retórica.
¿Más minería a toda costa? Proyecciones de un enorme problema de residuos tóxicos en Argentina
Aunque el proyecto Navidad en Argentina sigue paralizado en la fase de pre-factibilidad económica, Pan American Silver ha identificado Navidad -junto con la mina Escobal, actualmente suspendida, en Guatemala, y la mina La Colorada, en México- como catalizadores del crecimiento de la empresa. La clara oposición de la comunidad al proyecto y la actual prohibición legislativa de la minería a cielo abierto no han disuadido a la empresa de promover el proyecto ante los accionistas como un enorme yacimiento de plata-cobre-plomo que, si se pone en producción, podría convertirse en una de las mayores minas del mundo con los costos de producción más bajos de todas las operaciones de la empresa.
Pero la huella material y ecológica de Navidad es asombrosa. El plan de mina para 17 años incluye la explotación de seis tajos abiertos activos, cada uno con un diámetro de entre 0,5 y 1,5 kilómetros. Una vez alcanzada la producción plena , el molino procesaría 15.000 toneladas de mineral al día. Los concentrados de plata-cobre y plata-plomo se enviarán posteriormente a otros países a largas distancias para ser reprocesados y refinados, produciendo finalmente unos 5 millones de onzas de plata al año.
A lo largo de la vida útil de la mina, la explotación generaría 418 millones de toneladas de residuos y mineral no rentable, lo que equivale aproximadamente a 13 años de generación de residuos sólidos de todo Canadá. Diez millones de esas toneladas se almacenarán en una represa, y el resto terminaría amontonada sobre el territorio al lado de los tajos. Estos residuos tóxicos se quedarán ahí expuestos a los elementos, para oxidarse y lixiviarse en el entorno a perpetuidad. Las operaciones, como todas las explotaciones mineras a cielo abierto, también requerirían una cantidad significativa de agua, lo que es especialmente preocupante para las comunidades de la región de la meseta de la provincia donde se encuentra el proyecto Navidad - algunas de las cuales no tienen acceso al agua desde 2020. Como parte del informe “Compact” de las Naciones Unidas, la misma empresa caracterizó a la región en alto riesgo de sequía exacerbada por el cambio climático y esto es ante de que se construya la mina - un reconocimiento que se hace eco de las preocupaciones de las comunidades locales sobre cómo esta mina afectaría a la cuenca que actualmente se encuentra bajo mucho estrés. La meseta es el territorio ancestral de los pueblos indígenas Mapuches Tehuelches y sus medios de vida agrícolas, ganaderas y turísticos dependen de tener un acceso fiable a esta fundamental fuente de vida.
Compartiendo experiencias en la lucha por la autodeterminación de los pueblos
La Unión de Asambleas Comunitarias de Chubut (UACCh), junto con muchas comunidades indígenas de toda la provincia, han marchado todos los meses durante casi 20 años y siguen haciéndolo porque saben que su poder de decisión sobre lo que ocurre en sus tierras está constantemente amenazado. Recientemente, han relanzado una iniciativa popular para presentar un proyecto de ley que, de convertirse en ley, podría reforzar aún más la protección del agua y el medio ambiente frente a los devastadores impactos de la mega minería. Esta semana, como parte del esfuerzo por fortalecer la organización transfronteriza, las comunidades de la meseta y las Asambleas enviaron representantes para participar en la Cumbre Regional de Pueblos Afectados por la Pan American Silver.
Allí se reúnen con la Resistencia Pacífica de Santa Rosa, Jalapa y Jutiapa, pueblos que, desde hace más de una década, se han organizado para resistir pacíficamente a la mina Escobal. En 2019, Pan American Silver se hizo cargo de la mina cuando adquirió Tahoe Resources. Desde 2017 Escobal se encuentra suspendida gracias a la instalación de plantones pacíficos que no permiten que la empresa pueda acceder a la mina y una orden posterior de la Corte de Constitucionalidad. También se reunirán con el Parlamento Xinka, que actualmente está participando en un proceso de consulta ordenado por el Tribunal Constitucional en torno a la mina Escobal, en un esfuerzo por ejercer sus derechos indígenas a la autodeterminación.
En la reunión de accionistas de la próxima semana, Pan American Silver afirmará sin duda que es un líder del sector en materia de protección del medio ambiente y responsabilidad social. Pero aunque Pan American Silver trata de borrarlos de la visibilidad de sus inversionistas, las comunidades afectadas por los proyectos de la empresa en toda América Latina se están reuniendo y fortaleciendo una resistencia panamericana a la megaminería.